Educador de Gatos

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Gracias Jordi con el corazón y para siempre

Por Lucía Romero

Escribir la historia de nuestros gatos tiene por finalidad daros esperanza y la solución. Ayudar a las personas, que como nosotros en su momento; lo están pasando mal, y por supuesto ayudar a sus animales. A nosotros nos resolvió el caso Jordi; y os aseguro que cuando lo llamamos estábamos muertos de miedo, desesperados y muy cansados. Estamos seguros de que si acudir al ¨educador de gats¨ a nosotros nos funcionó; segurísimo que a vosotros también. Antes de seguir os diré que lo que leáis sobre agresividad felina (en webs,etc) es muy engañoso y dañino, que sólo confunde y da más miedo todavía. Y qué decir de los etólogos; si les hubiéramos hecho caso, ya no vivirían con nosotros nuestros animales. Nos sucedió que adoptamos a Juani, una gatita de mes y medio que sufrió un brutal ataque (algo muy raro) por parte de un pobre gato adulto que sufría una enfermedad (insisto: algo atípico) que afectaba a su comportamiento (pero, de verdad un caso de 1 entre miles). Yo siempre he tenido gatos y jamás vi algo así.

El caso es que Juani (juguetona, alegre, saltarina),después de aquello cambió por completo. Le bufaba al aire, buscaba mirarse en los espejos para agredirse y bufarse a si misma, se lanzaba contra todo aquello en lo que viera su reflejo, nos hacía piloerecciones, nos gruñía... etc. Decidimos adoptar otro gato para que acompañase a Juani (que ya tenía 4 meses) y perdiera todas sus fobias y creciera sin miedo a otros gatos y a humanos; para que creciera feliz y sociable. Aprovecho para decir que un gato es más feliz y se aburre menos con uno de su especie con quien compartir sus experiencias gatunas; el lavado, el juego, el sueño,,,(así que si podéis, es buena idea darle la posibilidad a vuestro querido gato de tener un compañero) Así pues contactamos con la Fundación Altarriba y así es como llegué a Sara de la UB gats.Le conté que queríamos adoptar un gato que necesitara un hogar, un gato adulto con menos posibilidades de ser adoptado pero que ,sobre todo, fuera paciente con Juani. Me habló de Norit (Goril, hoy en día: por su inteligencia),un gato enorme, negro y adulto con unos colmillos sorprendentes, encontrado ya castrado en la calle que lo estaba pasando fatal en el refugio porque era un gato casero. Nuestro Goril llevaba ya bastante tiempo a la espera de una familia pero no le había llegado el momento; sobretodo, por su edad, color y tamaño.(una tontería de la gente! el gato negro es igual de entrañable que cualquier otro).Así que decidimos que si Goril quería una casa, nosotros queríamos un gato: éramos tal para cual.

Cuando trajimos a nuestro querido gato negro; Juani se puso hecha una fiera: mientras él se escondía bajo el sofá, ella se golpeaba contra las paredes emitiendo un terrorífico gruñido. Expulsaba a cada golpe un líquido, de puro pánico, por detrás. Y nosotros, muertos de miedo, pensamos que lo mejor era separarlos; por el momento. Así que vivimos un tiempo con el minipiso separado en dos: parte para Juani y parte para Goril. Cada tantas horas les intercambiábamos bandejas y comederos y difusores de feromonas 24 horas al día(que no sirven para nada). Pero nada, aquello era dificilísimo. Goril lloraba, en su parte del piso, buscando compañía y Juani seguía golpeándose con las paredes y agrediéndose en los espejos. Acabamos forrando, con papel de diario, cualquier reflejo en el que ella pudiese verse. Y acabamos yo durmiendo en la parte del piso de Juani, entre gruñidos y piloerecciones nocturnas; y Joan en la parte del piso de Goril para que no se pasara la noche llorando. Llegó un momento en el estábamos al límite. Juani nos bufaba y nos gruñía sin sentido; y creímos que aquello no tendría solución. Era dificilísimo. Buscamos consejo en etólogos y todo eran inconvenientes: que si los gatos a la edad de Juani ya habían pasado la etapa de sociabilización, que si Juani tenía un trauma por el ataque cuando era bebé imposible de curar, que si no lo superaría nunca,,,etc.(por ellos ya no tendríamos a nuestra querida gata). Y en las webs más de lo mismo, más miedo en el cuerpo y más difícil todavía. Así fue como en un momento de desesperación llamé a Jordi. Le dije con voz temblorosa: Estoy muerta de miedo ,mi gata me gruñe, se golpea contra las paredes y se autoagrede, tengo el piso separado en dos partes, los cristales forrados con papel y por las noches ni dormimos,,,¿Me puedes ayudar?.(de verdad estábamos al borde de tirar la toalla) Jordi, muy calmado, transmitiéndome una paz tranquilizadora me escuchó mientras le contaba la historia a trompicones; por el cansancio y pánico que respirábamos en casa. A los pocos días vino. Era nuestra esperanza. Había leído sus artículos y visto sus intervenciones con pequeños y grandes felinos: seguramente, si se atrevía con una lince...se atrevería con Juani.

Nada más verlo se puso manos a la obra, conoció a Goril y a Juani, y vio la distribución del piso para actuar con la presentación oficial. Yo estaba temblando y Joan alucinaba. Le dejamos hacer. Nos fue interpretando los sonidos y gestos de nuestros gatos. Juani tenía miedo de Goril, de ahí su actitud, pero nada que ver con el trauma irreparable del que nos hablaban veterinarios y etólogos. Goril, el pobre tan inteligente, ponía mucho de su parte,,,pero iba emitiendo un maullido hacia Juani (seguramente querría decir algo así como: Hola, Hola...)y ella se aterrorizaba y se espeluznaba .En mitad de la piloerección de la gata, nosotros, Joan y yo, ya nos hubiéramos espantado transmitiéndole más miedo...pero Jordi, con su templanza y su conocimiento de los felinos: la tranquilizaba, la acariciaba, le hablaba,,,maravilloso!!!,,,y ella se calmaba. Luego, Juani, se refugió en la pala de recoger la basura y Jordi la fue acercando a Goril para juntarlos sin moverla de su campo de gravedad. Es un experto. En seguida vimos que habíamos acertado con Jordi. Es una persona que a demás de resolutivo, eficaz y de todo cuanto sabe de animales,,,además es muy muy honrrado. Nos dijo, que el tema de Goril y Juani era muy ligero, que aquello se solucionaría en pocos días y que no haría falta que él volviera. Aunque lo podíamos llamar para lo que necesitáramos. Cuando se fue nos quedamos relajados y tranquilos.¡Qué suerte que haya gente como Jordi en el mundo!. Los días que vinieron a continuación empleamos la técnica que el educador de gats nos enseñó, sus consejos...etc. Pusimos mucha voluntad, eso sí, y en vez de ver a Juani con otros de pánico (lo normal, cuando tu gato se vuelve fierecilla) intentábamos comprenderla y transmitirle mucha paz y tranquilidad como él nos había enseñado. A los pocos días el piso dejó de ser dos mitades. Juani empezó a dejar de estamparse contra los espejos...etc. Y pronto, con nuestros truquillos aprendidos de ese gran ser humano, tan sensible y especial que es Jordi inventamos juegos para que compartieran nuestros queridos felinos. En muy muy pocos días; Juani y Goril, se hicieron íntimos amigos.

El día 20 de septiembre hizo 2 meses que Goril vive con nosotros y os aseguro que duermen, comen, juegan, se lavan,,,todo juntos. No nos imaginamos sin Juani junto a Goril y viceversa. Nuestra casa es, gracias al educador de gats, un nido de paz, armonía y felicidad. Que lo mejor que hicimos fue darle una oportunidad a Juani, una familia a Goril y llamar a Jordi. Por supuesto, lo volveríamos a llamar en el futuro y se lo recomendamos a todos los amantes de los animales; porque la solución existe!. ¡Gracias Jordi con el corazón y para siempre!

Lucy, Joan, Juani y Goril