Problemas en Torrelaguna
per Rocío Fernández
Llevábamos como un año intentando conseguir que las peleas de Neo y Anacleto, dos de nuestros gatos, fueran disminuyendo. Neo era nuestro primer gato, Anacleto el quinto, lo recogimos en un pueblo, donde lo abandonaron meses antes. En principio era acogida, pero era un gato tan especial que, viendo que además se llevaba bien con todos, decidimos que se quedara.
No sabemos en que momento les cambió el chip, pero de llevarse bien, incluso, jugar juntos, pasaron a tener constantes grescas, cada vez más serias. Leíamos sobre el tema, poníamos en práctica ejercicios sacados de esas lecturas, comprabamos difusores de hormonas por pares…nada funcionaba, teníamos que tenerlos separados cada vez que nos íbamos de casa, y cuando estábamos en ella, andábamos con un oído y un ojo puestos en ellos, porque cualquier cruce de miradas desencadenaba una batalla. Había temporadas que parecían más tranquilos, pero rápidamente volvían a la carga, hasta el punto de acabar en urgencias con uno de ellos por que se le infectaron mordiscos, de los que en algún momento se dieron en décimas de segundo.
Neo vivía constantemente gruñendo a Anacleto, que cada dos por tres se lanzaba sobre el. El tío se ponía en plan caza, agazapado moviendo el culo y salía disparado hacia el, como con ganas de jugar, pero todo acaban mal, porque Neo no estaba por la labor de jugar con alguien tan bruto…así que la frustración se apoderaba de los dos. Con el resto de gatos que ya había o que iban llegando Anacleto no había problemas.
Nos cambiamos de casa para tener más espacio para todos, que pudieran correr, tener mejores vistas y un mini espacio exterior en el que entretenerse…llenamos la casa de rascadores, casetas de 4 plantas, muchos juguetes…. Teníamos la esperanza que un entorno mejor y mas espacioso, les hiciera mejorar.
Funcionó durante cosa de 2-3meses, tiempo que estuvieron más interesados en subir y bajar escaleras, conocer el paisaje y las gallinas y el gallo del vecino…. Dos nuevos miembros llegaron a casa después de la mudanza (ya eran 9), a parte de alguna acogida temporal, y fue todo muy bien, hasta que de pronto, otra vez sin saber cómo ni en qué momento, empezó a torcerse . De nuevo tener gatos separados y a la fiesta se une Simba, enorme y muy dramático el… su bufido al principio disuadia a Neo, hasta que se cansó y también se empezaron a pegar …. Un día vimos que Neo andaba muy despacio y no podía saltar….acabamos en urgencias, donde descubrimos que algún bocado de alguna de las peleas se había infectado muchísimo y tenía un tremendo hematoma…El mordisco no se veía porque era muy pequeño y Neo tiene el pelo muy espeso, lo que hizo que pudiera infectarse sin darnos cuenta …tras unas cuantas semanas de curas, collar isabelino y medicación diaria, a dia de hoy, la herida que se formó al expulsar la infeccion, está terminando de cicatrizar. En esa visita a urgencias, decidimos escribir a Jordi sabiendo que si tenia solución, el nos ayudaría a encontrarla.
En la visita , Jordi no sólo encandiló a nuestros gatos, que estaban encantados con él. Nos enseñó a llevar mejor la situación, nos transmitió mucha calma y buen rollo, nos explicó lo que hacíamos bien y lo que hacíamos mal, y nos dió consejos para enriquecer aún mas el espacio.
Cuando tienes este panorama, necesitas que alguien venga y vea la situación, que puedas observar como actuar, porque por mucho que leas y lo quieras poner en práctica, si tienes un lenguaje corporal equivocado, puede significar que todo se vaya al traste. Que lo que a ti te parece una cosa sin importancia, sea la clave del comportamiento de los enanos. Necesitas que alguien que haya visto casos así, mas o menos graves, te diga que tiene solución, que lo que creías casi imposible, no lo es, que se va a arreglar, que podrán estar tranquilos, relajados, felices, que podrás descansar sabiendo que están bien, que no tendrás que vivir con el miedo de que alguno abra la puerta que los separa y se vuelvan a hacer daño. Una persona que no te juzgue por recoger gatos de la calle para buscarles casa, si no que te diga como actuar cada vez que entre un gato nuevo, para conseguir que todos estén felices hasta que le salga una familia.
Necesitas a alguien dispuesto a ayudar y a solucionar cada conflicto de manera particular.
Ver a tus gatos compartiendo salón entre ellos, sin bufidos ni gritos, ni peleas, paseando tranquilos, pidiéndote mimos y ronrroneando, en sólo dos horas, te hace soltar alguna que otra lagrimita…
Ver que pasan los días y la cosa está calmada, que si en alguna ocasion se van a enzarzar, puedes actuar y paran, no insisten ni vuelven a la carga, ni va a más, si no que cada vez va a menos…que están tranquilos y que les ha cambiado hasta el gesto, emociona.
Jordi no sólo educa a los gatos. Educa a los “papis” nos enseña a entenderlos, a aplicarnos muchas de sus posturas ante la vida. Nos enseña a tomarnos las cosas con calma, a dejar el estrés a un lado, a disfrutar de ellos más aún. Nos enseña a no tener miedo, y nos demuestra lo importante que es tener una actitud positiva, pero, sobretodo nos recuerda lo primordial: la paciencia y la calma.
Gracias Jordi, por entenderlos a ellos, y también a nosotros, por escuchar y sobretodo, por ver. Gracias por darnos esperanza , tranquilidad y tardes de sofá rodeados de gatos.
Miiiiauchas gracias.
Rocío, David y gatunos (Neo, Siryn, Penny, Axelete, Henar, Alicia, Anacleto, Sweet, Simba y Fiti).