Educador de Gatos

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Michina y Pochito

Por Glòria Torres

Cuando decidí ampliar la familia y adoptar a un gato macho, mi gata, adoptada hacía un año, no se lo tomó demasiado bien y después de dos semanas de gritos y amenazas al recién llegado, yo estaba bastante preocupada. Entonces me recomendaron a Jordi. Coincido con otra persona que ha escrito su experiencia en que la tranquilidad y la paz que emite Jordi fue lo primero que me llamó la atención de él. Solo con ver a mis gatos, comprendió que lo peor ya había pasado y que pronto serían amigos, cosa que pasó efectivamente en unos pocos días.

Después me mudé a una casa donde la gata tuvo un gran susto al pensar que un gato ajeno entraría en casa desde la casa de un vecino, y lo exteriorizó poniéndose muy agresiva con mi gato, como si de pronto no reconociese al que había sido su amigo desde hacía un año. Nuevamente llamé a Jordi, que también entonces me había dado buenos consejos para ayudar a calmar a la gata y me tranquilizó diciéndome que pronto pasaría la tormenta, como así fue.

No quiero acabar estas líneas sin decir que lo que más me gusta del trato que tiene Jordi con los gatos, según he podido apreciar, es que actúa siempre desde el más gran respeto y paciencia hacia los animalitos, teniendo en cuenta principalmente sus necesidades según su naturaleza. Y, en efecto, por el tiempo que llevo conviviendo con gatos (estos son los primeros que tengo), la tranquilidad y el respeto son la mejor manera, por no decir la única, de tratar con ellos y mantener una relación tan buena y enriquecedora como ellos son capaces de proporcionarnos.