Noa
per Ana
Hola a todos los amigos de los gatos.
Somos un matrimonio con dos hijos que decidimos adoptar una gata que abandonaron en un parking de Roda de Bará, una preciosidad de gata siamesa que bautizamos como Noa.
Era nuestra primera experiencia con un gato y el cuelgue fue inmediato, además de cariñosa, es inteligente y agradecida, hasta un punto que no nos podíamos imaginar. Cuando recibes tanto de tu mascota intentas corresponder dándole lo que a ella también la haga feliz, y cuando Noa cumplió un año nos planteamos adoptar otro gato ( nos aconsejaron un macho para que la relación fuera lo más fácil posible). Esa era la idea, hasta que conocimos una gatita a través de unos colaboradores de la ASSOCIACIO RODAGATS, la protectora de donde adoptamos a Noa, una bolita diminuta de raza carey, también abandonada, más alegre que unas castañuelas y unos ojazos de color miel increíbles. No era lo que nos habían aconsejado, la trajimos a casa para intentar poco a poco hacerla amiga de Noa, pero al cabo de 15 días vimos que no era posible, ya que la gata grande sistemáticamente intentaba atacar a la pequeña en cuanto las juntábamos. Teníamos la posibilidad de llevarla otra vez a la protectora, pero nos habíamos encariñado con ella y no sabíamos que hacer.
Tenemos una amiga en la asociación, Gabi, que ha sufrido en primera persona todas nuestras dudas, miedos y alegrías con las dos gatas, y que sabía que no queríamos devolver a la pequeña, así que cuando estábamos ya desesperados nos llamó para decirnos que nos pusiéramos en contacto con Jordi Ferrés, un colaborador habitual de muchas protectoras, a partir de ahora mi encantador de gatos, para ver si nos podía ayudar, ya que pensábamos que quizás nuestra primera gata era agresiva y no dejaría nunca a la pequeña convivir con ella. Nos pusimos en contacto en plan urgencia, y vino enseguida a casa. Conoció a Noa, sacamos a la peque de su refugio de la habitación de uno de mis hijos, y recuerdo muy bien lo que dijo ese día: TENEIS UN PROBLEMA MUY LEVE Y DE FACIL SOLUCION…. Ninguna de las dos era agresiva, solo teníamos que seguir unas pautas muy sencillas, y un poco de paciencia se solucionaría antes de lo pensado.
Para recorrer un camino te tienen que enseñar a andar, y nosotros no sabíamos, pero a los gatos se les puede ayudar, y es muy fácil cuando la persona que tienes frente a ti quiere a los animales y sabe cómo tratarlos. Tenemos dos gatas que juegan, duermen, comen juntas y se hacen una compañía increíble, la actividad que tienen ahora es muy superior a los ratitos que les podíamos brindar en nuestro día a día. Son dos gatas felices, y es una delicia verlas juntas.
Nunca tendré bastantes palabras de agradecimiento para Gabi que nos ayudó en todo y puso a Jordi en nuestro camino, y a JORDI FERRÉS por enseñarnos a no tirar la toalla y dar una oportunidad a dos gatas que son una alegría en nuestra casa.
Gracias una vez más a nuestro particular “encantador de gatos”.