Salem, Blanca y Pícara
per Esther
Cuando decidimos llamar a Jordi ya estábamos desesperados, ya no sabíamos qué hacer para que nuestros gatos no se pelearan. Tenemos tres gatos dos hembras y un macho, Blanca, Pícara y Salem. Era horrible! como no paraban de pelearse decidimos encerrar a una de las gatas en la cocina, Blanca, e íbamos ratos a la cocina a estar con ella o bien la metíamos en el cuarto de baño para poder traspasar a los otros, Pícara y Salem, a la cocina y que ella estuviera un rato calentita en el comedor. Como podéis entender eso no es vida, ni para nosotros ni para ella, sobre todo, a mi se me partía el alma cada vez que venía de trabajar y escucharla maullar tan desesperada. No estaba tranquila ni en mi propia casa!!!
Castramos a los tres gatos porque eso fue lo que nos recomendó el veterinario, nos gastamos un dineral entre los tres, también compramos dos feriways , es una tomadura de pelo auténtica por que no hace absolutamente nada. Hasta llegamos a comprar flores de bach… en fin una odisea porque desde que los trasladamos hicieron un cambio que llevó que se empezarán a pelear.
Una vez Jordi en casa le contamos más profundamente nuestra historia y después de darnos unas pautas nos dijo: Ahora que conozco a los dos “buenos” quiero conocer a la “mala malísima” que está encerrada en la cocina. Nosotros sabíamos que ella saldría escopeteada y una vez fuera se pelearía tanto con el Salem como con la Pica. Nosotros nos mantuvimos en las posiciones que nos comentó al inicio de la visita, eso sí temblando. Cuando salió hubo bufidos y gruñidos pero Jordi supo controlar la situación perfectamente. Me reía por no llorar, por que había deseado tanto que llegará el día que todos estuviéramos juntos…
Desde ese día hemos seguido las pautas que nos indico Jordi, algunas con más severidad que otras, pero finalmente hemos hecho muchos progresos. Actualmente juegan juntos, duermen juntos, hay algún pequeño bufido y zarpazo pero nada que no hicieran antes de que empezara nuestro calvario. Hoy estamos muy contentos por que Jordi nos educó a nosotros y nosotros pudimos educarles a ellos. No te das cuenta pero nosotros llegamos a realizar todo aquello que no se le puede hacer a un gato gritar, echarle bronca, castigarlo… inconsciencias.
Jordi, nosotros te agradecemos lo que has hecho por nosotros y por nuestros pequeños, “niños”, que aunque no te lo digan creo que también lo sienten. Muchísimas gracias hoy y siempre!!!! Un abrazo.