Susi y Lily
per María Gómez
Nuestra primera gatita fué Susi, llegó a casa con tan solo unas semanas de vida, una pequeña bola de pelo gris. Desde pequeña no sido una gata muy sociable y cariñosa, además tenía más afinidad con mi madre que conmigo y yo siempre había tenido la espinita ahí clavada de que no me hiciera mucho caso, así que por casualidad, llegó Lily, con unos meses, simpática, juguetona y muy extrovertida, todo lo contrario a Susi. Pensamos que se complementarian.
Buscamos por internet como introducir un nuevo gato en casa, ya que Susi tenia ya sus 7 años y Lily solo un bebé. La opción que más se repetía era la de acondicionar una zona para la nueva gata, y mantenerlas separadas e ir haciendo poco a poco las presentaciones, asi que empezamos con eso, pero cuando llegaban los cara a cara, Susi no podia ni ver a Lily, bufaba, gruñia y se cabreaba, nosotras, asustadas, rápidamente escondiamos a Lily, incluso llegaban a pasar semanas sin verse. Y nosotras viviamos en una casa, que parecian dos, separadas por una puerta.
Un año y medio despues de esta situación, decidimos que eso no podia seguir así, nosotras queríamos ser una familia normal sin estar pendiente de donde estaba cada gata. Investigando por internet, descubrimos a Jordi, le enviamos un correo y al poco tiempo contesto y quedamos para que viniera a ver la situación en casa. Él llegó con su calma y tranquilidad a nuestro hogar, nos dió todas las pautas, ejercicios, y consejos de como actuar en cada momento para tenerlo todo controlado, y en menos de dos horas, ya empezamos a ver la luz.
Asi que despues de la visita de Jordi, recuperar nuesta esperanza y confianza en que en algún momento podrian estar juntas, empezamos todos los ejercicios pautados, y en menos tiempo de lo esperado, ya conviven las dos perfectamente. Hemos pasado por situaciones mejores y peores, y al principo no era fácil, y aúnque a veces Lily aún se lleva algún gruñido, mauyido o incluso algún pequeño manotazo sin importancia, hemos conseguido lo que queríamos, ser una familia normal, se toleran y aceptan e incluso alguna vez han dormido juntas. Lo que habíamos dado por perdido e imposible, en tres meses lo habíamos conseguido. Incluso ahora yo me llevo mucho mejor con Susi y muchas noches duerme conmigo.
Queremos agradecerle a Jordi todo lo que ha hecho por nosotras, porque aúnque puede parecer poco, nos ha cambiado la vida, hemos enfrentando nuestros miedos y preocupaciones y ahora somos felices, gracias a él, ya que solas no podriamos haber conseguido esa confianza en nosotras mismas.